¿Qué tienen en común consagradas figuras de las letras italianas como Italo Calvino, Umberto Eco, Claudio Magris y Alessandro Baricco, cuando entran en diálogo con nuestros Jorge Luis Borges y Julio Cortázar? Ese es el ovillo que se propone desenredar Viviana D’Andrea durante el curso de posgrado “El postmodernismo en los escritores del siglo XX” (ver aparte los detalles). El neofantástico como abordaje y la escritura breve son dos de los tópicos que aparecen en el análisis, según explica D’Andrea, que es Doctora en Letras y tiene a su cargo la cátedra de Idioma Moderno Italiano II en la Faculta de Filosofía y Letras de la UNT. Es, a la vez, la oportunidad de reencontrarse con libros y enfoques que siguen influyendo poderosamente, desde Italia y la Argentina, en la literatura universal.
- ¿Por qué se eligió a estos autores para trabajar?
- Incidió lo importante que es encontrar los libros, porque el curso se dicta en español, no en italiano. El primero que se me ocurrió es Calvino, pero no el escritor de ficciones, sino el creador de una poética y de una posición frente a la literatura. A partir de sus ensayos, sobre todo el póstumo -él muere escribiendo las “Seis propuestas para el próximo milenio”- tomo su teoría para ser aplicada a los otros autores. Después elegí a Umberto Eco. La propuesta es analizar, desde la perspectiva de Calvino, la obra de Eco, en la que también cabe el formato cinematográfico, por el éxito que tuvo “El nombre de la rosa” en la pantalla.
- ¿Y los restantes italianos?
- En el caso de Magris tomamos “El Danubio” (1986), un libro-ensayo que tiene un formato original porque no sólo se dedica a ficcionalizar, sino que plantea interrogantes filosóficos. Alessandro Baricco es muy controvertido porque los críticos, italianos sobre todo, lo consideran un escritor de best-sellers. Para mí es una crítica negativa y lo reivindico al tratar obras como “Seda” y “Novecento”.
- ¿Cómo se cruzan ellos con Borges y con Cortázar?
- Hay un hilo vertebral en estos escritores italianos, que toman temáticas y problemáticas planteadas por Borges y por Cortázar. El tema es el neofantástico, porque son los escritores argentinos que han marcado esa impronta en la literatura universal.
- ¿Cómo fue la relación entre ellos?
- Cortázar, Borges, Calvino, Georges Perec, Francois Le Lionnais y otros franceses generaron en París el grupo de literatura potencial. Había también profesores de matemática, ajedrecistas… Todos experimentando una forma nueva de la literatura, cuyo resultado fue la literatura combinatoria, de tipo pastiche, que toma elementos de distintos lugares para escribir, interpretar e intertextualizar.
- ¿Y en el plano concreto de la escritura?
- Calvino fue terriblemente influenciado por Borges, que era 20 años mayor. Calvino viene a la Argentina para la Feria del Libro de 1980 y Borges estaba sentado en las primeras filas. Ahí Calvino le rinde homenaje, frente a frente, y lo denomina el maestro de la narración breve. El mundo los conoce a los dos como generadores de una nueva literatura fantástica, que no tiene que ver con esa tradicional en la que aparecen vampiros o muertos que hablan, sino con algo más racional y metafísico. Eco le rinde homenaje a Borges poniéndolo en el personaje de Jorge de Burgos, el bibliotecario ciego de “El nombre de la rosa”. Cuando le preguntaron a Eco por qué le había dado a Borges el personaje de un asesino él respondió: “las deudas se pagan”. Eso dejó a cada lector en busca de una respuesta, porque más que aclarar terminó oscureciendo.
- ¿Y Magris?
- Es el que más sale del hilo conductor, pero no deja de conectarse con Borges y con Cortázar porque su novela está hecha de capítulos breves y plantea problemáticas metafísicas. Recordemos “Casa tomada”, donde los rumores que terminan invadiendo la casa y corriendo a los protagonistas son sonidos que nunca terminan de identificarse. Nosotros, como lectores, podemos presuponer varias respuestas.
- ¿Estamos accediendo en la medida de lo esperado a la literatura italiana contemporánea?
- Lamentablemente estamos muy dependientes de Internet. Sólo llegan los best-sellers. Tengo un programa muy moderno en la Facultad, en el que he incorporado a las escritoras, pero no puedo encontrar los libros, o hay que pedirlos vía Amazon o Mercado Libre y están carísimos. Por ejemplo los de Nora Venturini, que es autora de novelas policiales, y de Natalia Ginzburg, pero son obras que no están en el mercado y a los estudiantes les cuesta hallarlos. De Umberto Eco he decidido mostrarles a los alumnos cómo comienza como escritor, con un cuento que se llama “Los tres astronautas” y hoy sólo está en Internet, en PDF.